viernes, agosto 15, 2008

All my life

All my life I've been searching for somethin'
Somethin' never comes, never leads to nuthin'
Nothin' satisfies, but I'm gettin' close
Closer to the prize at the end of the rope
Foo Fighters - All my life


Y sí, toda mi vida he estado buscando algo, pero a veces he estado perdida sin saber muy bien lo que buscaba, y me he dado cuenta ahora de que todo el tiempo ha sido la misma duda la que me ha atormentado: ¿Acaso no es el amor lo que todo el mundo anhela? ¿Estaré equivocada poniendo como prioritario un objetivo que es prácticamente incompatible con el amor? Yo quiero viajar, conocer el mundo y a las personas que lo habitan, e intentar ayudarlas en lo que yo humildemente pueda. Con ese objetivo empecé estudiando psicología, pero ayudar a la gente de uno en uno me parecía poco, así que ahora estudio antropología con el objetivo de convertirme algún día en mediadora de conflictos interculturales, donde podría conseguir que las personas de diferentes culturas se entiendan y convivan del modo más pacífico posible. Es mi sueño, y, debido a la cantidad de energía que tendré que invertir en conseguirlo y desarrollarlo, no voy a poder dedicarme a cumplir el sueño romántico de nuestra generación...
Pero, ¿es acaso ése el modo correcto de vivir? Esta sociedad occidentalizada y macilenta en la que nos hemos educado todos tiene un valor que se manifiesta a nivel global, sin diferenciar credo ni condición, y que hace que vivamos en las tinieblas, algunos, toda nuestra breve existencia: que el fin máximo al que se puede aspirar en esta vida es encontrar a tu media naranja y vivir una película romántica con ella (y después, cuando se pase el amor, conformarse con una convivencia tranquila y criar a "vuestros" hijos juntos hasta morir de aburrimiento). Éste es un valor que no se manifiesta a las claras, sino que traspasa nuestros subconscientes a través, principalmente, de la maquinaria hollywoodiense del cine. Desde las primeras películas que vemos de Disney nos estamos haciendo a la idea de lo que se espera de nosotros, Aladdin no hubiese sido nadie si no se hubiese casado con la princesa, Blancanieves es despertada de la muerte por su príncipe azul, y la bella consigue, a través de su cariño y bondad, convertir a la bestia en un maravilloso ser humano... en fin, que luego hay que añadirle todo el resto de series y novelas y libros y música que trata el tema hasta el infinito. Hasta machacar y agotar tu cerebro de tal manera que pienses que el amor (o estar enamorado) es lo único que importa... en este camino de espinas, la rosa es el amor...
No, señores, no. Persigan sus sueños, realicen sus más idealistas intenciones, porque eso es lo que nos convierte en seres humanos. El amor, el cariño, o el sexo, son algo que viene y va en la vida, y hay que dar las gracias por los minutos escasos que podamos disfrutarlo, pero no hay que perseguirlo ni esperarlo ni considerarlo como el objetivo último de nuestra existencia, porque nacemos solos y solos morimos, y lo único realmente importante que podemos llevarnos a la tumba, es la satisfacción de saber que hemos hecho lo que queríamos hacer, hemos cumplido con nuestras aspiraciones, y, a veces, hasta nos han amado por ello, o a pesar de ello.

1 comentarios:

A las noviembre 06, 2008 , Blogger Alberto ha dicho...

No esperaba ese final tan optimista, jejeje, me ha gustado mucho.
No dejes de escribir, sino se le quitará la gracia a muchas cosas.
Mandame cosas, quiero saber de vosotras.

Un besazo desde Rennes.

 

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