miércoles, octubre 25, 2006

Felicidad

Bueno, entrando en un tema controvertido. Como siempre...

Supongo que aquellos de vosotros que hayáis estado últimamente en contacto conmigo habréis comprobado que estoy muy feliz. Estoy radiante, es la verdad. Nunca en mi vida me había sentido tan bien. Esto te lleva a plantearte los por qués, como es normal.

Generalmente se suele decir que la felicidad se encuentra en las pequeñas cosas y que no se puede buscar una situacion concreta que te proporcione la felicidad porque entonces desperdicias la vida buscandola y entonces te pierdes esas pequeñas cosas que te hacen feliz. Yo digo que no. Yo creo que eso es una falacia que se ha ido creando a lo largo del tiempo en vista de que se dan casos de gente que parece tenerlo todo y aún así no es feliz. Sin embargo la felicidad es una emoción, y como tal, tiene diferentes estados. Puedes sentir felicidad momentánea como Emoción, puedes tener unos dias de Estado Emocional feliz, y por último, puedes desarrollar un Rasgo Estable de Personalidad feliz. Yo ahora mismo no me Siento feliz, ni Estoy feliz, Soy feliz. La felicidad como sensacion se basa en esos pequeños detalles, y los de mi día a día siguen siendo tan inestables, impredecibles y por desgracia desafortunados como siempre lo han sido. Estoy sin un duro, trabajando para pagarme la carrera, todos los dias me chupo una hora de atasco, me duele la espalda y la rodilla... lo de siempre. Total, que no se debe a esos pequeños detalles. También sé lo que es estar feliz. Durante el curso 05-06 estuve feliz. Si, porque estaba enamorada ciegamente, y esa persona me correspondía. Estaba feliz porque tenía a mi lado a alguien a quien adoraba. Pero esa felicidad es pasajera, porque es dependiente. Porque emerge de algo externo al propio ser, porque puede desaparecer bruscamente. Y así fue como sucedió. Pero ahora... ahora Soy feliz.


Soy feliz desde que gracias a estar sola y a obligarme a pensar en mí misma y nadie más, me he conocido. Me he conocido y he aprendido a quererme. Desde que desaparecieron las nubes de mi mente que me impedían ver el sol. Ahora mi mente funciona con claridad y eso me encanta. La independencia total me ha llevado a ello, a volverme hacia mí misma, a disfrutar del proceso de existir, solo por su esencia. Sé que muchos de vosotros me habéis criticado uno de los primeros post que publiqué, el de Autosuficiencia, pero es ahí donde radica todo. Ahí empezó mi camino hacia mi interior, porque es solo desde la autosuficiencia desde la que el ser humano puede llegar a encontrar la felicidad incondicional. No es que no se necesite a nadie para vivir, es que no se necesita a nadie ni a nada para ser feliz, para estar a gusto. Porque lo que realmente te hace feliz eres tú mismo, y eso siempre lo llevas contigo. Sólo la muerte parece ponerle un pero a esta felicidad, pero si la muerte es un fin de la existencia misma, pone fin al amante y al amado al unísono. Mucho más bello que en Romeo y Julieta. No hay dolor. Poético. Si la muerte es una metamorfosis, sería genial abordarla habiendo aprendido a querernos en vida. Porque todo cambia, en la vida y quién sabe si en la muerte. La gente entra y sale de tu vida, te tratan de una u otra manera, estás en mejor o peor posición... por eso hay que ser autosuficiente. Hoy por hoy, lo considero condicion sine qua non para ser persona.

Supongo que esta estabilidad emocional y personal es férrea, pero no lo sé y por ello me protejo de todo aquello que puede amenazar con desestabilizarla o incluso destriurla... Sin embargo el único modo de saberlo es ponerla a prueba, y es algo que inevitablemente tendré que hacer tarde o temprano. Si es de verdad, resistirá. Si se desploma, sólo era ensueño. Es por eso que el amor, una vez pasadas las pasiones de tipo adolescente, es un acto de confianza. Permitir a alguien entrar es arriesgarse al desequilibrio y a la pérdida de control del status. Admitir la posibilidad de que tu estabilidad esté en manos de otro supone darle al otro tanto valor como a uno mismo. Y después de haber aprendido a quererse de verdad, eso es decir mucho. Es todo. Reconocerlo como un igual, con el compromiso de respetarlo y de ser respetado, porque si es tu igual supones que te tratará con igual bondad a la que tu profesas. Por eso, el amor después de la autosuficiencia, es otra historia. Es casi utópico. Enamorarse es un desafío. Te dejas acompañar, pero no te compartes. Contra y no Con. Es un versus, no un &. Pero cuando se da, es mucho más valioso, porque compartir sin saber qué se tiene es inocente, pero compartir sabiendo lo que se tiene, es un regalo.

Me encantaría que todo el mundo lo viese tan claro como yo. Me encatantaría haberme dado cuenta antes, pero ha sido el proceso el que me ha hecho verlo. La única forma de aprender a vivir es viviendo...